Así pasamos la mayor parte de nuestra vida, incluso más que durmiendo.
A cada minuto soltamos trolas gordas como una casa.
Yo siempre he pensado que las mentiras reflejan todas nuestras frustraciones. Llevan algo de verdad puesto que resaltan nuestros defectos, muestran lo que nunca hemos podido y queríamos hacer, presumimos de lo que realmente carecemos. La mentira nos muestra tal y como somos, por eso no hay mayor reflejo de la verdad en este mundo que una mentira.
Lo mejor de las mentiras es cuando estás con alguien en una conversación y tú sabes y esa persona sabe que se está contando una trola enorme. Te la suelta con toda la clase del mundo.
O también está la mentira de exaltación de la persona, dando demasiada importancia a todo lo que hacemos para no hacer ver al otro que nuestra vida es igual que la suya: vacía y sin sentido.
¿Lo mejor de todo? Que todo en esta vida se acaba descubriendo y contra más mierda guardemos...más huele.
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