El Isabella Paradiso no tiene un lugar, ni tampoco una época. Está abierto desde todos los tiempos, nunca puede estar cerrado para servir a todas las almas que acaban de pasar a un mundo mejor. Allí van a parar las almas que no quieren un descanso o no pueden tenerlo, las almas impuras.
Su dueña (yo) le tiene tanto miedo a la muerte que se comprometió a regentar este antro y servir copas a todos estos desgraciados para no sentir nunca la sensación de echar el último aliento.
Si quieres encontrarlo primero tienes que dejar este mundo y cuando camines por la ardiente autopista antes de cruzar las puertas hacia el infierno verás este humilde bar de copas.
Si deseas sentir un poco esa sensación infernal éste es tu sitio, tu decides: El cielo lleno de viejos o una eternidad jovial y sin descanso.

Muérete y pasa por aquí a tomarte una copa ;)

Bienvenido al Isabella Paradiso.

Te quedas muerta.

Me encanta la gente que, al tener algún que otro achaque un pariente que ya está mayor lo primero que hace antes que nada es ir al Notario para dejar todo listo y cuando les preguntas como está esa persona ponen voz ronca y la mirada perdida a la vez que dicen: Tu sabes, lo hemos querido y hecho así por si llega lo inevitable...
Y yo me pregunto: lo inevitable, ¿qué es? ¿La muerte? ¿O que tú te quedes con todo lo que han ido trabajando a lo largo de su vida?

1 comentario:

  1. Pues si se va a morir lo que no se haya gastao se lo van a llevar los que queden a no ser que haga testamento... Así que ¡haberlo gastado!

    Dee todas formas es que la gente tiene mucha prisa por heredar unas cosas que nunca han sido suyas, ¡y si no las heredan, encima se enfadan! ¡Pero si antes no tenías nada, que más te da que no te haya dejado nada! ¡Cada uno que haga con lo suyo lo que quiera hombre! Hay que ver...

    ResponderEliminar